La investigación en las últimas décadas han aportado mucha nueva información sobre el dolor de espalda. Durante todo este tiempo el diagnóstico por imagen ha mejorado ostensiblemente a la vez que también lo hacen los tratamientos conservadores y la prevención como herramienta de reducción de riesgo de padecer lesiones incapacitantes.
Según la revista de la Sociedad Española del Dolor «el dolor es una experiencia emocional, subjetiva y compleja con repercusión física, psicológica, social y laboral. Esta repercusión se manifiesta con toda intensidad en pacientes con dolor crónico. Su evaluación y tratamiento debe hacerse siguiendo un modelo biopsicosocial. El enfoque multidisciplinar de tratamiento del dolor incluyendo aspectos médicos, psicológicos y físicos ha demostrado ser más eficaz que el tratamiento con una sola modalidad. Además el dolor lumbar es un problema de salud pública. La prevalencia anual varía entre el 15 y el 45%, con prevalencias puntuales del 30% (2). En un 22% de los pacientes el dolor les incapacita para sus actividades laborales y un 2% aproximado de trabajadores recibe compensación por este motivo. Es la causa más frecuente de limitación de la actividad laboral en individuos de menos de 50 años, ocupando el tercer lugar en mayores de esta edad. La media de número de días de baja por lumbalgia en nuestro país fue de 21,9 días en un estudio que valoraba el periodo entre los años 1993 y 1997.»
«El enorme coste social y económico de esta patología ha conducido a la búsqueda de tratamientos multidisciplinarios cuyos objetivos son además de aliviar el dolor, la disminución del déficit funcional, la reincorporación laboral y el tratamiento de las alteraciones psicopatológicas asociadas.
Desde finales de los años 70 y a partir de los 80 se han publicado algunos trabajos basados en programas de tratamiento multidisciplinar para pacientes con dolor crónico no maligno demostrando un cierto interés por parte de los sistemas de atención sanitaria de los países occidentales. El mayor número va dirigido a pacientes con dolor de espalda.
En general los programas se desarrollan en régimen ambulatorio y en grupos reducidos, simultaneando a veces sesiones individuales. Los que dan mejores resultados son los programas intensivos de 5 y 7 horas diarias con una duración que oscila entre 3 y 8 semanas. Incluyen sesiones educativas sobre aspectos médicos, psicológicos y ocupacionales relacionados con el dolor y sesiones terapéuticas con técnicas médicas para el control del dolor, técnicas psicológicas, terapia física y terapia ocupacional individual y en la empresa.»
Mientras los problemas y los costes asociados al del dolor de espalda siguen aumentando, está claro que debemos ocuparnos de este dolor con una actitud diferente. Los médicos que facilitan cuidados a los pacientes con dolor de espalda deben aceptar la responsabilidad de favorecer la independencia y resistir la tentación de convertir a los pacientes en dependientes de los cuidados. Los profesionales de la salud que trabajan en la recuperación y reinserción de estas personas en su vida laboral deben mantener una actitud de permanente capacitación y actualización a fin de poder ofrecerles las mejores herramientas de rehabilitación. Los que contratan empleados deben ayudar al individuo a obtener asistencia y esforzarse al máximo para apresurar la vuelta al trabajo de los individuos lesionados. La aseguradora debe favorecer los programas de prevención, tanto en el lugar de trabajo como en la clínica. Por último, el paciente debe aceptar la responsabilidad de su propia recuperación. El aspecto más importante es la motivación del paciente para mejorar.
El uso de programas de educación, como un factor de reducción de la incidencia y gravedad del dolor de espalda, como el que ofrece la Escuela de Espalda han evolucionado hacia una presentación formal que tiene los siguientes objetivos:
- Describir el propósito general de la escuela de espalda y el papel que desempeña en la prevención del dolor de espalda.
- Modificar los hábitos posturales que resultan perjudiciales para la persona y su condición.
- Proporcionar un programa de entrenamiento y ejercicios para el dolor de espalda.
- Elaborar un programa de seguridad para le espalda en relación al puesto de trabajo.