La mayoría de los dolores lumbares son evitables. Más del 80% de estos dolores son de naturaleza muscular y al menos un resultado indirecto de la debilidad, inflexibilidad,  tensiones musculares y ligamentosas de los elementos vertebrales de la columna dorsolumbar.
En primer lugar debemos recordar que estos ejercicios se deben practicar cuando el episodio doloroso de la columna lumbar haya desaparecido por completo.
Siéntese en el suelo y coloque juntas las plantas de los pies, o lo más cercanos que sea posible. Sujétese los pies e inclínese hacia adelante, desde los muslos, manteniendo la espalda tan recta como le sea posible. Esto producirá un estiramiento en su región lumbar y los músculos de la parte interna de sus muslos. Siempre recuerde que estos ejercicios no tienen que provocar dolores, si es así suspenda inmediatamente esto y consulte con su especialista.

Tendido de espaldas, alce los pies. Sujételos con las manos y tire desde las rodillas en dirección a su pecho, estirando la parte infeior de su espalda y los músculos de sus muslos. Coloquese en el suelo con las rodillas y palmas de las manos apoyadas en el mismo. Primero arquee la espalda, formando una convexidad hacia el techo. Luego relaje la espalda y ahuéquela de modo que la convexidad este ahora en su vientre, es decir mirando hacia el suelo. Repita este ejercicio 10 veces.

Túmbese de espaldas con los pies planos sobre el suelo. Tense los músculos abdominales y siéntese parcialmente. No empuje con el cuello, la fuerza debe hacerse solo con los músculos abdominales. Extienda las manos cerca de sus rodillas. Manténgase brevemente en esta posición, relaje, volviendo a  la posición inicial. Repita este ejercicio 5 veces.
Por último, aunque no menos importante, estos ejercicios deben ser practicados, al menos una vez al día. Preferentemente al levantarse por la mañana. Haga de esto un hábito y su espalda se lo devolverá con creces!!!